domingo, 26 de junio de 2011

Con imparable energía...

Haber sentido por un momento que eres el centro de atención, deslumbrarte ante la luz de los focos, olvidar todo el mundo que te rodea, volver a sentir ese niño que sabes que siempre fuiste en el fondo, todo esto durante... ¿Una hora o más? En el fondo sabes que tan sólo han sido unas milésimas de segundo, que has sido engañado por el tiempo de nuevo al ser imposible que, sin que te enterases casi, ya estuvieses recibiendo el calor del público con sus aplausos.
Pues no, estás equivocado. Simplemente es la magia que produce estar sobre un escenario.

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